El aceite de cocina usado es un gran contaminante. Si lo tiramos por el desagüe puede generar tanto problemas ambientales y como en el sistema de los hogares.
Un litro de aceite puede contaminar hasta mil litros de agua. Al llegar a ríos y mares, forma una película que impide el paso de la luz solar y el oxígeno, afectando la vida acuática.
Por otra parte, el aceite se solidifica en las tuberías, causando obstrucciones que pueden generar inundaciones y malos olores. También atrae roedores, insectos y bacterias que pueden ser perjudiciales para la salud y el ambiente.
Las plantas de tratamiento de aguas residuales no están diseñadas para procesar grandes cantidades de aceite, lo que dificulta su funcionamiento y aumenta los costos.